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La Ashwagandha es una planta perteneciente a las más antiguas tradiciones indias, cuyas funciones se basan en proporcionar ayuda natural a una amplia variedad de afecciones y problemas emocionales, psicológicos, fisiológicos y metabólicos, a causa de su envidiable versatilidad terapéutica.
Se considera realmente útil para aquellos factores externos a los que nos exponemos los seres humanos, por ejemplo el estrés, y a los cuales debemos ofrecer respuestas adecuadas bajo los estímulos y recursos apropiados.
La Ashwagandha, por ser definida e implementada como un adaptógeno, cuenta con propiedades ansiolíticas y antidepresivas, capaces de reducir los altos niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Su uso se valora especialmente para controlar el estrés diario sin padecer los efectos secundarios causados por la ingesta de medicamentos antipsicóticos convencionales.
Aunque, aquí no tapamos el Sol con un dedo. Si usted sufre de estrés constantemente, le recomendamos ir a un psicólogo, que le indique profesionalmente qué debe cambiar en su vida para mejorar emocionalmente sin depender absolutamente de sustancias ansiolíticas.
El mecanismo principal de la Ashwagandha para regular los niveles de ansiedad, se produce por el estímulo de los neurotransmisores inhibidores del sistema nervioso. Esto produce fuertes efectos de relajación y a su vez, aumenta considerablemente la producción de dopamina, la hormona del placer.
Los bajos niveles de dopamina en la mayoría de los casos inducen al estrés y la depresión. Por lo tanto, la Ashwagandha se encarga de actuar positivamente ante dicha situación, estimulando el flujo sanguíneo cerebral de manera eficaz.
Así que no, lamentablemente la ansiedad y la depresión no son factores que puedas superar con un “¡Vamos! No te sientas así”, ya que la influencia de estas posibles patologías sobre el cuerpo humano van más allá de frases motivacionales o simples guías audiovisuales.
Las propiedades más potentes de la Ashwagandha son extraídas directamente de su raíz, donde se ubican sus principales componentes activos conocidos como withanólidos. Éstos poseen mayor efecto adaptógeno.
¿Y qué es un adaptógeno? Son sustancias comúnmente utilizadas en la medicina herbolaria, cuyo objetivo radica en la estabilización de diversos procesos fisiológicos alternos a la función cerebral convencional.
En pocas palabras, ayuda a que el cerebro se adapte a las diversas situaciones cotidianas que pueden derivar en estrés. Y como ya sabemos, en la naturaleza, ¡adaptarse es vencer!
Concretamente, su uso aumenta la actividad colinérgica, que se basa en un mecanismo de producción, alteración o liberación de acetilcolina (sustancia química segregada por algunos tipos de neuronas que facilita su intercomunicación).
Los estudios realizados acerca de la eficacia de la Ashwagandha en la ansiedad y la depresión, demuestran la valoración sobre el grado depresivo antes y después del tratamiento mediante la escala de Hamilton. Se han obtenido resultados positivos, aunque tampoco extraordinarios.
La raíz de Ashwagandha mediante pruebas y distintos procesos terapéuticos realizados, ha demostrado resultados asociados a la reducción de los niveles de estrés, en comparación con el grupo placebo, disminuyendo sustancialmente los índices de cortisol sérico.
Para finalizar, podemos definir esta planta como un revitalizante ideal, capaz de tratar y atenuar los diferentes estados depresivos y ansiosos actualmente experimentados por el ser humano.
Quizás no es el ansiolítico natural #1, pero debido a sus propiedades para prevenir el cáncer, aliviar el estómago y más, claro que puede ser el agente ideal para pacientes específicos.
