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Datado desde la Antigua Grecia, el ajo es una de las plantas y uno de los alimentos con mayor cantidad e intensidad de propiedades existentes para la salud.
En sus inicios funcionó para tratar diversas enfermedades, y aunque siempre se creyó que ofrecía innumerables beneficios para el organismo, actualmente esa creencia cesó, debido a que se trata ya de un hecho científico.
Con un sabor exquisito y presente en cada región del mundo, el ajo es uno de los alimentos que pueden consumirse a diario con fines de alcanzar un bienestar óptimo.
Rico en vitaminas A y C, diversos minerales (hierro, magnesio, calcio, sodio, potasio y más) y hasta 17 aminoácidos distintos, pocos vegetales contienen tantos elementos positivos en su estructura molecular.
Debido a su enorme cantidad de beneficios para la salud, el ajo se usa comúnmente y de forma eficaz para tratamientos terapéuticos.
Su propiedad antioxidante evita la oxidación de las células, algo que en la actualidad es de suma importancia para prevenir enfermedades como: Parkinson, Alzheimer, cáncer, esclerosis múltiples y muchas más. ¿Por qué? Ya te lo explicamos.
El ajo está compuesto por diversos componentes, tales como: agua, carbohidratos, vitaminas, minerales, hormonas, azúcares, aminoácidos y demás. Todos éstos trabajan en conjunto para que éste actúe como agente antioxidante, antimicrobiano, antifúngico, diurético y más.
A través de estudios científicos se ha comprobado que las abundantes propiedades antioxidantes del ajo pueden prevenir la formación de enfermedades crónicas como las ya mencionadas anteriormente.
Estas afecciones se generan debido al incremento de especies reactivas de oxígeno (EROS). Estos radicales libres provocados por los procesos y residuos de la industria, provocan un estrés oxidativo en las células, haciendo que éstas se degeneren progresivamente.
Dicho efecto fue comprobado en un estudio in vitro que se llevó a cabo en células amnióticas humanas. Al agregar un extracto de Allium Sativum se observó claramente como la producción de radicales libres disminuyó considerablemente.
Asimismo, al ajo se le atribuyen efectos benéficos en otras áreas patológicas. Su función cardiovascular disminuye la hiperlipidemia y la hipertensión. Por otro lado, también posee potentes propiedades antimicrobianas y antifúngicas.
No podemos descartar tampoco ensayos en los que se exhibe al ajo como un medicamento ideal para el resfriado común, la presencia de metales pesados y abundantes toxinas, la degradación ósea y el rendimiento atlético en general.
Quizás ya llevas consumiendo ajo durante toda tu vida y no sabías todas las propiedades que te han estado aportando. Sin embargo, al ingerirlo en la comida, estás adquiriendo solo un porcentaje de sus propiedades, ya que en la cocción se perderá bastante contenido molecular de utilidad para tu salud.
Para aprovechar completamente sus beneficios debemos ingerirlo a través de productos naturales con extracto de Allium Sativum o tomando sus dientes como píldora cada mañana. Actualmente es común encontrar muchas presentaciones y productos de ajo en el mercado, así que no habrá problema en conseguir estos artículos medicinales.
El ajo puede usarse como un medicamento de uso diario para evitar la oxidación de nuestras células. Este efecto aumentará nuestra longevidad con el paso del tiempo, debido a que también regulará la presión sanguínea, retrasará la pérdida ósea y evitará enfermedades neurodegenerativas.
Es importante destacar que el ajo se usa constantemente para ayudar en el tratamiento de infecciones fúngicas. Hongos como: Cándida, Torulopsis, Trichophyton, Cryptococus, Trichosporon y otros. Han demostrado ser susceptibles ante las propiedades antifúngicas del ajo.
En cuanto a sus funciones como agente antimicrobiano, se develaron efectos positivos frente a bacterias como: Salmonella, Staphylococus, Proteus, Bacillus, Mycobacterium tubercolusis y más.
El ajo es un alimento extraordinario. Pocos poseen tantas propiedades beneficiosas en una sola estructura molecular, por lo que es menester valorar cada uno de sus beneficios sin exceder – como con cualquier otro medicamento – su consumo.
Una de las contraindicaciones del ajo es el mal aliento en caso de ingerirse crudo y machacado. Aun así, muchos productos naturales inhiben el mal olor con otros ingredientes. También hay registros de reacciones alérgicas, aunque son muy pocos.
En caso de sufrir un trastorno hemorrágico o de estar ingiriendo fármacos anticoagulantes, sería recomendable que acuda antes a su médico. En situaciones puntuales puede consultar a su médico acerca del uso del ajo.
Castro, L., Ramírez, & Martínez, E. (Mayo/Agosto de 2016).
El Nuevo Herald. (21 de Mayo de 2015). El Nuevo Herald. Obtenido de El Nuevo Herald: https://www.elnuevoherald.com
