No Products in the Cart
La naturaleza siempre se ha encargado de sorprendernos con las bondades y bendiciones que de ella emanan, hablar de su vegetación por ejemplo nos sumerge en un mundo muy interesante.
Una de esas bondades lo representa un arbusto perenne, muy fragante, con pequeñas flores de color malva y azul y con una cantidad de beneficios significativos para el ser humano.
Nos encontramos entonces con la maravillosa lavanda, planta a la que se le atribuyen propiedades medicinales conocidas desde la antigüedad.
Son muchos los beneficios que te ofrece esta planta, varios de ellos los conoceremos más adelante, sin embargo, queremos en este artículo referirnos a su efecto analgésico.
La lavanda es una planta que se ha utilizado desde la antigüedad, básicamente por su conocida y estimada fragancia que la hace única e inconfundible.
Ha sido cultivada ampliamente por su aceite esencial, además sus flores son muy apreciadas por las abejas, ya que constituyen una fuente importante de miel.
Su cultivo se distingue en zonas del mediterráneo, siendo los lugares más soleados y los terrenos más pobres, los ideales para el crecimiento de esta maravillosa planta.
Las propiedades medicas de la lavanda se extraen principalmente de las glándulas oleosas de las hojas y las flores.
La planta contiene aceite volátil, taninos, cumarinas, flavonoides y triterpenoides como complejos químicos activos, estos fitoquimicos son los constituyentes de la planta responsables de sus propiedades medicinales.
Por su composición, la lavanda es una planta muy versátil, contiene una cantidad de beneficios terapéuticos, siendo sus principales efectos, el antiinflamatorio, sedante, antibacteriana, antiespasmódica y analgésica por excelencia.
Es por ello que esta planta es tan recomendada como coadyuvante de procesos donde aliviar el dolor es el principal objetivo, activando sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
Claro, es importante destacar que el Comité de Medicamentos a base de Plantas (HMPC) de la European Medicine Agency Science Medicines Health, realizó un estudio significativo para el año 2012, generando unas conclusiones muy interesantes.
Es preciso decir que, en este informe, destacan que a pesar de no tener ensayos clínicos precisos y concluyentes, si reconocen que la planta posee propiedades terapéuticas analgésicas.
En este mismo informe hacen notar que es un producto que debe ser administrado a niños a partir de los 12 años y adultos en general, también se deja claro que los efectos secundarios al uso de la planta ya procesada son mínimos.
El estudio concluye en base a esto, que reconoce las propiedades que aporta esta planta como coadyuvante en diferentes tratamientos, haciendo énfasis en su acción analgésica.
Colocaremos un ejemplo para abordar este punto: te sientes cansado y sediento por una extensa caminata y ya tu ritmo no es igual, sientes la necesidad de parar para consumir agua, una vez hidratado se recuperan las energías y continúas la marcha.
Ahora bien, ese aceite esencial convertido en fitoquimico como lo nombramos con anterioridad, ingresa al organismo y es trasladado al sistema nervioso como impulso y es trasformado en una sustancia sedante que fluye luego a la región afectada neutralizando el dolor.
Este recorrido y la sensación de alivio que vas a obtener en tu organismo es lo que se conoce como un efecto terapéutico, que al fin y al cabo es lo que necesitas.
De allí radica la importancia de contar en casa con esta planta, que nos proporciona el alivio esperado para un dolor inesperado.
Krapp. C, Longe. J, Jeryan. C .(2006). Enciclopedia de las Medicinas Alternativas. Barcelona España. Oceano.
