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Podemos definir el colesterol como una sustancia de aspecto ceroso que se mantiene en la sangre. Los altos niveles se conocen como hipercolesterolemia, y representa un aumento considerable del riesgo de sufrir diferentes enfermedades cardíacas.
Aunque de cierta manera, nuestro cuerpo necesita del colesterol en muy bajas proporciones con el objetivo de formar una nueva generación celular sana. El colesterol alto facilita la formación de depósitos grasos en las vías arteriales o vasos sanguíneos, perjudiciales para la óptima circulación sanguínea.
Históricamente se ha asociado el uso del Tomillo para la reducción de los altos niveles de colesterol. Entre las características de esta planta de origen Mediterráneo, predomina una gran resistencia a fuertes y duraderas sequías al igual que súbitas tormentas de granizo (etapas climáticas radicales).
Cuenta con principios activos capaces de actuar sobre el colesterol malo o LDL (lipoproteínas de baja densidad), y gracias a sus propiedades benéficas resulta ideal para complementar los tratamientos naturales contra el hipercolesterolemia.
El Tomillo ofrece propiedades antioxidantes que funcionan en pro del aumento del metabolismo graso. Entre sus funciones evita que los ácidos grasos ingeridos se adhieran a las paredes arteriales, imposibilitando la formación de ateromas (placas de células muertas de colesterol) que obstruyen el flujo de la sangre.
La inclusión del Tomillo a las diferentes preparaciones culinarias o infusiones contribuyen al tratamiento natural de los niveles irregulares del colesterol perjudicial.
Sin embargo, para aprovechar completamente las propiedades benéficas del Tomillo, se recomienda realizar el tratamiento farmacológico correspondiente acompañado de alguna dieta para hipercolesterolemia y la inclusión de la actividad física regular.
La propiedad terapéutica del Tomillo radica en la sincronía funcional de todos sus componentes químicos, tales como la vitamina B, C, el manganeso y los flavonoides.
No solo el Tomillo puede actuar benéficamente sobre el colesterol perjudicial alto. La implementación de una dieta alimenticia bastante balanceada y la práctica constante de ejercicios estimulan la combustión de alimentos y componentes grasos, comúnmente destinados a depositarse en las vías arteriales.
En cuanto a los alimentos que podrían conformar la dieta contra el hipercolesterolemia pueden ser incluidas la extensa variedad de fibras solubles, pescados ricos en ácidos omega-3, frutas y verduras; y la suspensión o reducción potencial del consumo de bebidas alcohólicas y sal en las comidas.
La ingesta de grasas saturadas también contribuye al aumento de los niveles de colesterol. Se encuentran principalmente en carnes rojas y productos lácteos enteros. Reducir o suspender su consumo permitirá el control total sobre el colesterol total.
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